Vivimos
en la era de la información, y eso parece suponer que todos tienen el derecho
de emitir juicios de valor sobre cualquier cosa, incluido el arte, aún sin
tener conocimientos de aquello que se juzga… excepto, claro, los artistas que
no satisfagan las expectativas de las masas, y menos aún sin son conocedores en
la materia, porque entonces hablarán en un lenguaje esotérico que no puede ser comprendido por las masas indoctas.
Entonces
me pregunto, ¿El arte sólo es arte si satisface a los demás? ¿Acaso no empieza
como una necesidad de expresión personal? Y a los que no les gusta el trabajo
de un artista ¿por qué no hacen su propio arte en lugar de demandarle a alguien
más que satisfaga sus gustos y remueva sus emociones? Y entonces, como se dice
coloquialmente: veremos si como ladran, muerden.
Yo
no me consideraba un artista, ya que soy
muy egoísta y elitista como para cumplir con la imagen que se tiene de ellos.
Yo me he considerado más bien un compositor y un teórico musical con un nivel
aceptable de cultura general. Sin embargo, comencé a cuestionar lo anterior, y
entendí que hay una notable diferencia entre el arte creativo y recreativo.
El
arte creativo obedece a necesidades
de expresión personales. Son la manera de expresar la concepción que el artista
tiene de la vida, la naturaleza, o lo que sea que se encuentre como eje rector
de sus pensamientos y sus emociones. Poco importa lo que los demás puedan
opinar al respecto, y sé que el ego se seduce por medio de los halagos, pero
las convicciones para crear son propias. Si se comparte es sólo para que los
demás sepan que existe, pero lo que opinen es sólo eso, su opinión.
Por
su parte, el arte recreativo tiene
otros objetivos, pues está sustentado en la interacción con los receptores del
trabajo, y su aceptación es fundamental para permitir que este subsista. El
producto debe considerar los intereses de las masas para crear una respuesta
positiva que se convierta finalmente en una demanda, y entonces el artista se
convierte en un servidor público.
No
voy a poner ejemplos, todos pueden aportar muchos, a favor o en contra, así que
prefiero seguir desarrollando el tema.
Ya
he escrito antes acerca de la gente que juzga o critica sin conocimiento de
causa. Desde mi punto de vista eso es absurdo, intolerante, y en muchos casos,
intransigente. ¿Cómo puede alguien decir que algo es bueno o malo si no
lo entiende? Es muy aceptable que no le guste, pero eso no quiere decir
que algo sea bueno o malo. El problema es que, al carecer de fundamentos,
argumentan subjetivamente, visceralmente, sin conocer los conceptos, las
técnicas, incluso el lenguaje adecuado para hablar de aquello que se critica.
Un
análisis objetivo deja a un lado las emociones y el gusto personal, para
enfocarse en la parte técnica y conceptual, evaluando el nivel de creación a
partir de cánones vigentes de estética que provienen de la parte académica de
esa manifestación artística, y ese es el problema, pues parece que ya no se
requiere tener una formación y una trayectoria en la especialidad para opinar, sino
que es más importante tener una buena conexión a internet (no me cansaré de
citar aquella frase de Qui Gon Jin que dice “la capacidad para hablar no te
hace inteligente”).
El
arte es un multiverso, y para cada dimensión hay una línea de tiempo en la que
se fue desarrollando con ciertas características específicas. Aún cuando
existen los movimientos retro, que
retoman esas características para crear en otro punto de la línea de tiempo, no
se le puede exigir a los artistas que reproduzcan las características de un
período o estilo sólo porque a alguien le parece que esa es la única opción
válida.
Cada
período reniega del anterior, y también busca la influencia de períodos
anteriores al de su predecesor; eso ha sido así a través de la historia. Sin
embargo, estamos viviendo un momento en el que algunas ramas del arte tomaron
rumbos que se alejan de la capacidad de apreciación por parte de los no iniciados en sus usos y costumbres, y
con la tecnología disponible, mucha gente puede acercarse al arte y crear (o
dejar que la tecnología lo haga) sin tener esa fundamentación que antes se
esperaba en un artista bien preparado.
El
problema con el arte contemporáneo es que con la excusa del concepto se pueden crear cosas muy
complejas que la gente común no entienda, o cosas muy abstractas que gente sin
talento promueva como expresión personal, y esto último me parece muy válido,
siempre y cuando no pretenda ser arte recreativo, porque en ese terreno sí
importa la opinión del consumidor.
Y
entonces nos enfrentamos a un nuevo problema: el juicio subjetivo de gente sin
preparación específica. Dos manifestaciones artísticas diferentes, o en
distintos puntos de la línea de tiempo, no pueden ser comparadas por la parte
física, sino desde la parte conceptual, o dicho de otra manera, por el fondo y
no por la forma, y no concibo otra manera de acceder al conocimiento,
apreciación y dominio del fondo, que
por medio del estudio académico. Eso es válido para la ciencia, y también lo es
para el arte.
Un
artista con buen sustento teórico y conceptual (no son lo mismo) es capaz de
abstraer la esencia de una obra, comprender las relaciones estructurales y
funcionales que la hacen ser, y observar la relación que un concepto pueda
tener con el desarrollo de dicha obra. Después de eso, podrá ofrecer una
explicación al nivel y en el contexto que se requiera.
Esa
capacidad de síntesis se consigue por medio de un entrenamiento que nos permita desarrollar
habilidades cognitivas de orden superior, y en alguna área específica del
conocimiento, para realizar un análisis objetivo. Y sin embargo, gente sin
preparación se atreve a juzgar algo como bueno o malo por el simple hecho de
que le guste o no, sin entender lo que sucede o lo que lo propició. De la cima a la sima del pensamiento crítico en un instante.
En
lugar de emitir juicios sin fundamentos, sería más prudente pedirle una
explicación al artista creativo (incluso sería válido exigirla al artista
recreativo), para entender el sustento de su obra a nivel personal, técnico,
teórico y conceptual. No sé si eso sea suficiente para comprenderla mejor, pero
por lo menos se hará consciencia de todo lo que hay detrás de una obra de arte (fondo)
y que no es evidente en su forma.
Después
de todo, el nivel de creación es lo
que determinará si la obra será una expresión efímera en algún punto de la
línea de tiempo o si trascenderá los ciclos evolutivos para esa rama de arte en
particular.
Finalmente,
reitero aquí una cita de Reginald y Jamila Massey, tomada de su libro “The
music of India”:
“…sólo aquellas formas de arte que están
firmemente basadas en la naturaleza y todas sus manifestaciones, que evocan los
más íntimos anhelos del espíritu y la mente del ser humano, y que están
apoyadas por un sólido fundamento teórico, pueden esperar a sobrevivir a través
del tiempo”.