I. A la luz de la historia.
II. Dioses y demonios.
III. Luceros del amanecer.
I. A LA LUZ DE LA HISTORIA.
Sabemos que la historia, esa recolección de hechos y datos en el tránsito temporal de la humanidad (o una parte de ella) por este mundo, está siempre manipulada por los vencedores de las contiendas, ya sea por la imposición física o por el sometimiento psicológico, o bien porque aun sin tener la razón, la lógica, la verdad o la justicia, tenían a su disposición los medios necesarios, o simplemente eran mayoría, y lograron que su causa sobreviviera y fuera finalmente aceptada y adoptada.
Así pues, podemos escuchar historias sobre muchos temas, a favor o en contra; fantasiosas, mitológicas, simbólicas, o muy realistas, llenas de detalles técnicos que podrían satisfacer a cualquier especialista o convencer al resto de las personas. Pueden ser muy objetivas o cargadas de fanatismo. Especulativas o documentales, etc...
Este preámbulo es necesario para entender que actualmente aceptamos o toleramos muchas ideas, religiosas, políticas, científicas, o de cualquier tipo, que no son ciertas en parte o en su totalidad, en forma o en fondo, y no me detendré a ofrecer ejemplos en este momento ya que estos abundan para quienes acostumbran investigar las cosas a fondo. Las razones para crear o sostener esas historias también son muy diversas, ya sea para generar un sentido de identidad o para someter, o manipular, etc.
Resulta desconcertante pensar en cuánta de la información que consumimos diariamente puede ser falsa o sembrada para desorientar o para guiar tendenciosamente a las masas. Recuerdo las ideas que al respecto discuten algunos personajes en la novela "El péndulo de Faucault" de Umberto Eco. En lo personal, si no he investigado a fondo un tema, busco a algún especialista respetable al que tenga acceso por algún medio, y después debo confiar en mis herramientas más valiosas: la razón, la intuición y la lógica.
Para irme acercando al tema que me interesa, comentaré algo sobre los "libros sagrados" de las religiones. No se piense que soy ateo o agnóstico, me considero espiritual mas no religioso, pero mis puntos de vista pueden resultar agresivos o blasfemos para las personas dogmáticas con fuertes convicciones religiosas, así que no está de más sugerirles que abandonen esta lectura. No me interesan las discusiones ociosas con fanáticos religiosos ni estoy escribiendo para ofenderlos, en todo caso espero que quien lea esto tenga su mente abierta y tome este ensayo como una opinión personal que no es ni verdadera ni falsa, pues es tan sólo una opinión; en todo caso podría ser una “tesis” (mi propuesta), su opinión será la “antítesis” (la reacción a mi propuesta), y en su mente se librará la batalla que llegará a una "síntesis", personal y subjetiva.
Regresando a los libros de distintas tradiciones, me parece que son una mezcla de historia, literatura, mitología y ética, que ofrecen a los pueblos en cierto tiempo y espacio una base para su cosmogonía, la historia de su origen y su código de valores morales, y a pesar de las evidentes similitudes (si se analizan objetivamente), cada pueblo debe adaptar el "fondo" a la "forma" más adecuada según la idiosincracia y estado evolutivo que tienen en ese momento y en ese lugar. No niego ni demerito el alto contenido místico que puedan contener estos libros, pero también me parece que las claves más elevadas en ese sentido se consiguen interpretando el simbolismo, una vez que el desarrollo espiritual individual es suficiente para avanzar por ese camino.
Pero ¿qué sucede cuando se manipulan las otrora sagradas escrituras? ¿Y cuando las instituciones que representaban a los intereses espirituales de un pueblo sirven ahora a los intereses políticos y económicos de quienes ostentan las más altas y privilegiadas posiciones dentro de esa organización? ¿Y cuando por asegurar su permanencia en las estructuras de poder los hombres corruptibles manipulan la información para controlar a los individuos más ignorantes y supersticiosos de la comunidad?... Pues sucede lo que vemos a diario: fanatismo, superstición, ignorancia, intolerancia, autoritarismo, explotación, xenofobia, consumismo, charlatanería, barbarie...
Los individuos dejan de buscar su doble evolución (social y espiritual), y comienzan a convertirse en una entidad masiva que responde a los estímulos de las estructuras de poder, atentando contra sus dones más preciados: su capacidad para razonar y su libre albedrío.
Después de degradar su calidad humana buscan llevarlos aún más abajo pues comienzan a vivir alejándose de (y dañando a) la naturaleza de la cual somos parte indiscutiblemente, y al negar dos hechos fundamentales: la muerte y la sexualidad. Con respecto a la primera (muy natural y lo único que podemos asegurar en esta vida), la gente aprende a vivir con miedo y se aferra a relaciones y posesiones, lo que les impide avanzar cuando se cierran ciclos en sus vidas, además de hacerlas materialistas y consumistas; y con respecto a la segunda, la mayoría de las personas se formaron bajo cierto grado de represión (castración psíquica) o en el libertinaje, lo cual genera, en ambos casos aunque con síntomas diferentes, individuos enfermos que no pueden relacionarse eficientemente ni sexual ni socialmente, pues arrastran prejuicios, culpas, mala información y arquetipos que afectan su manera de valorar a las personas y de entender las relaciones interpersonales.
En fin, regresando a los libros sagrados, muchos conceptos han sido alterados, durante siglos, para someter a la gente sembrando las ideas que necesitan sus "líderes" para mantener el control, como cuando cambiaron la fecha de la navidad o cuando decidieron qué libros usar, cuáles condenar y en dónde censurar para editar su biblia; y se han ido adaptando para mantenerse vigentes, como cuando era peligroso para la fe ser "bruja", masón o comunista, o incluso, recientemente, aceptando la existencia de los extraterrestres y considerarlos nuestros hermanos pues también son "criaturas del señor". También hay ejemplos en otros lugares, como aquellos que justifican la poligamia porque su profeta tuvo varias esposas... a pesar de que no lo fueron al mismo tiempo.
Seguramente se estarán preguntando ¿hacia donde pretendo dirigir este escrito? Pues quiero exponer algunas ideas torcidas por el cristianismo, original y principalmente por la rama Católica, que tienen que ver con la "satanización de los dioses paganos" y con los ángeles caídos, y que también han tenido sus consecuencias en la manipulación del pensamiento de los occidentales.
II. DIOSES Y DEMONIOS.
He dicho antes que no escribo esto para ofender a los creyentes (y hasta he pedido que abandonen la lectura), pero quiero dejar muy clara mi posición hacia el catolicismo y las ramas que de ella derivaron: para mí es el gran fraude de la era de piscis, en el que una parte del imperio romano comprendió que era más eficiente someter a los individuos psicológicamente que físicamente, y fue entonces que robaron la nueva religión a los primeros cristianos (judíos y conversos) para crear un instrumento de poder, que sin embargo tardó unos siglos para consolidarse y tener la fuerza suficiente para destruir a sus adversarios.
Se pueden encontrar muchos trabajos que dan pruebas de ello, incluso novelas o películas que el Vaticano condena no porque tengan más información que los trabajos serios, sino porque son más populares y pueden sembrar la idea en un mayor número de personas. Recuerdo cómo condenaron la película "La última tentación de Cristo", en la que el principal ataque es sobre la iglesia de Roma, no sobre su profeta (el cual únicamente sufre una alucinación estando crucificado); o lo inquietos que estuvieron reaccionando ante el éxito del libro "El código DaVinci", ¡que es una novela de ficción!, y en cambio nada se dice de libros como "La herencia del Santo Grial" de Laurence Gardner, que aunque se pueda estar en desacuerdo con su tesis acerca de "Jesús el Cristo", es un trabajo serio de antropología e historia y, por la información que ofrece, sí es un peligro para la credibilidad de la iglesia por las evidentes manipulaciones de su material (supuestamente) sagrado.
El hecho de que la iglesia no tuviera al inicio toda la fuerza y autoridad para imponerse (pues mientras esta crecía el imperio romano decaía) propició tres situaciones importantes: manipuló información a su conveniencia, coexistió con religiones antiguas, y cuando finalmente tuvo poder absoluto se encargó de reprimir, difamar y destruir a cualquier persona, institución, imagen o culto que representara un peligro para ellos, incluyendo a los propios miembros que conocían o hacían observaciones hacia las contradicciones que resultaron de esa manipulación ideológica. Veamos algunos ejemplos.
Había problemas para conciliar las celebraciones de ritos religiosos en Roma, ya que los judíos celebraban la pascua, mientras que los romanos celebraban un culto de la antigua religión que veneraba al "Sol Invictus" en los días posteriores al solsticio de invierno (como todas las antiguas religiones solares en cualquier parte del mundo), por lo que en la tercera década del siglo IV se decidió trasladar la fecha de nacimiento de Jesús al 25 de Diciembre (así con el tiempo todos terminarían celebrando lo mismo). Eran tiempos del emperador Constantino, en los que se realizaron importantes manipulaciones, como incluir aspectos de ese culto "pagano" en un intento por hacer una religión unificada (concilio de Arles, año 314), o imponiendo el concepto de la santísima trinidad para terminar con la esperanza del retorno de un mesías judío, considerando al emperador como una nueva divinidad mesiánica (concilio de Nicea, año 325).
Hay también ejemplos de un absurdo sorprendente como el año de nacimiento de Jesús (ya vimos qué sucedió con la fecha). A diferencia de los judíos, los romanos eran buenos historiadores, y quizá la obra que mejor recaba información de ese pueblo era "Antigüedades de los judíos" de Flavio Josefo. De acuerdo con esos registros, y comparándolos con la cronología de la iglesia Católica (aquella que da 4,000 años de antigüedad a la Tierra), cuando Jesús nació llevaba algunos años de muerto Herodes, y como esa figura era necesaria en la historia oficial de la "Natividad" (la que crearon a partir de los evangelios sinópticos pero que ninguno de ellos cuenta por sí mismo), entonces tuvieron que hacer ajustes y ahora resulta ¡que Cristo "nació" en el año 7 antes de Cristo!
Y quizá una de las posturas más ridículas de la iglesia sea la respuesta que dieron con respecto al culto de Mitra, que aunque se difundió en Roma casi al inicio de la era cristiana, procede del culto a un antiguo dios solar de Asia, y que tiene, como en muchos cultos solares, el mismo simbolismo que aparece en el Jesús cristiano. La explicación fue simplemente genial: ¡el "diablo" viajó hacia atrás en el tiempo para crear ese culto y desacreditar a Jesús!
Resulta curioso observar como evitan usar nombres propios y los substituyen por conceptos como "dios" o "diablo" (y por eso los escribo con minúsculas). Esto resultará significativo al final del ensayo. Por otra parte, no pretendo negar la existencia de quien yo llamo "Jesús el Cristo" así como tampoco ofrecer una versión sobre él, ya que ese complicado asunto sería motivo de otro escrito.
Como ya se mencionó, en los primeros siglos de su historia la iglesia de Roma tuvo que coexistir con otros cultos antiguos de Europa (a los que llamaron "paganos"), además de luchar con sus propios cabos sueltos como el origen de Jesús (¿dinástico o divino?) y su familia. Al pobre de José lo manejan como un viejo decrépito que nada tuvo que ver con la procreación (para desligar a Jesús de su linaje) y a María Magdalena la convirtieron en prostituta (para ocultar su parentesco y descendencia). Créanlo o no, mejor investiguen, esa es su responsabilidad.
Con respecto a los cultos antiguos (me niego a llamarles paganos), se tienen documentadas, en distintos lugares de Europa, alternancias en el poder que resultaban además en alternancias de culto, y como consecuencia, en los lugares en donde se congregaban para sus ceremonias había simbolismos de ambas religiones, o para contentar al pueblo se oficiaban ritos antiguos en templos cristianos, hasta que el mundo católico tuvo la fuerza para condenar, prohibir y perseguir al "paganismo" y satanizar a sus deidades. Para leer al respecto recomiendo el libro "The god of the witches" de Margaret A. Murray.
Para esto la iglesia se sirvió de la ignorancia y la superstición, infundiendo miedo. No es que no lo hicieran antes, pero como en toda difamación, se requiere que la otra parte ya no esté presente para dar su versión o demostrar lo contrario (recuerden la primera parte de este ensayo) y entonces esa "verdad oficial" se convierte en mito y este a su vez en leyenda...
¿Se han preguntado de dónde vienen las imágenes de los demonios cornudos? ¿los grotescos seres del mal con cabezas de toros o patas de cabra? Si investigan muchos de los supuestos nombres del "diablo" resulta que en ciertos pueblos o culturas antiguas eran deidades benéficas, aunque también tenían otras que eran maléficas y en algunos casos eran únicos, obrando en ambas direcciones según el criterio de sus seguidores (una benéfica lluvia o un maléfico incendio). Y si buscan sus representaciones gráficas encontrarán... exacto, dioses astados, si no es que con cabezas o patas de algún animal. Ejemplos hay muchos: Amon, Baal, Moloch, Adramelech, Astaroth, Beelzebub, Astarté, Marduk, y muchos más, además de los personajes mitológicos que han ido mutando de una cultura a otra, y después considerados demonios por igual. Pero ¿cuál es el origen de esto? Una respuesta muy convincente la ofrece la Astrología (a pesar de los prejuicios de quienes la desconocen o de las mentiras de quienes la prostituyen).
Debido a que el sol nunca regresa al equinoccio de primavera en la posición exacta del año anterior, se va desplazando un poco cada vez, generando lo que se llama precesión de los equinoccios, y dando lugar a un ciclo de aproximadamente 25,200 años. De manera que durante unos 2,100 años se alinea (visto desde la Tierra) con alguna de las constelaciones tropicales que conocemos como el Zodíaco (a quienes les preocupe Ofiuco revisen en mis blogs de astrología).
Se han mencionado las religiones o cultos "solares", pero no se ha justificado ese nombre. El simbolismo del nacimiento del Sol, también llamado logo solar, dios o hijo de dios, es astronómico. Para la vida en la Tierra el punto máximo del Sol es el solsticio de verano y el punto opuesto, el solsticio de invierno, representa su muerte simbólica, alcanzando su posición más distante hacia el sur (en el hemisferio norte) y su elevación más baja, por lo que es el día más corto del año (menos luz y más obscuridad). Debido a la órbita de la Tierra, en ese momento que se mueve sobre una tangente vemos al Sol en esa posición durante tres días (muerto) antes de que inicie el recorrido inverso hacia su climax (el solsticio de verano), y entonces se dice que "renace" y comienza otro ciclo anual.
Los hombres antiguos veneraban a la naturaleza, y el Sol era fundamental para la vida en la Tierra. El Sol era el padre del universo y la Tierra nuestra madre naturaleza. El Sol muere en el solsticio de invierno bajo la cruz del sur y renace tres días después, con un parto virginal custodiado por tres reyes, etc. Este drama cósmico proporcionaba personajes simbólicos a los que se asociaban las fuerzas que regían la vida en el planeta, y así nacían las mitologías de las diferentes civilizaciones en distintos lugares en distintos tiempos.
En parte de Europa, las constelaciones tienen las formas que conocemos del Zodíaco (no es así en todo el mundo ni en todas las astrologías conocidas), así que siguiendo la lógica del pensamiento simbólico, la representación ideal para el dios solar es la de aquella constelación con la que está alineado: un aguador en la era de Acuario (derramando conocimiento sobre el obscurantismo), peces en la era de Piscis (¿les parece conocido?), carneros en la era de Aries (mas no cabras), o toros en la era de Tauro. Una interesante referencia astrológica en la Biblia es aquella en la que Moisés (quien antiguamente era representado con cuernos) destroza al becerro de oro: la humanidad pasaba de la era de Tauro a la era de Aries, así como actualmente vivimos el paso de la era de Piscis a la era de Acuario.
Además de Egipto (Amón, Osiris, Isis), Mesopotamia (Asur, Astarté) o la India (Shiva), por toda Europa hay grabados de dioses cornudos desde la Era del Bronce (Minos, Dionisos, Pan, Cernunnos), y hasta el uso de cruces. Los cuernos por lo general eran de ovinos, bovinos (bos y bos taurus) o caprinos, y en algunas partes de Europa podían ser de ciervo (Herne). En congruencia con la línea de tiempo y las eras astrológicas, las representaciones bovinas precedieron a las de ovinos en culturas antiguas como Egipto, India y Grecia.
La iglesia de Roma condenó siempre las prácticas y deidades "paganas", con la premisa de que todo lo que no viniera de su dios, y a través de ellos, era cosa de demonios, y con el tiempo, diabólico o satánico. Lo cierto es que era más fácil conseguir el culto de los gobernantes que del pueblo, y un buen tiempo aquellos eran conversos y los otros "paganos". Hay un caso muy interesante al norte de Europa, en donde el antiguo dios Neck o Nick (espíritu) estaba tan arraigado al pueblo que la iglesia lo tuvo que aceptar y lo canonizó como San Nicolás, que en algunas representaciones aún conserva sus cuernos. Este personaje se confunde comúnemente con San Nicolás de Bari, que tiene que ver con el mito de “Papá Noel” (Santa Claus), aunque curiosamente se rastrea la tradición en los países bajos y hay referencias de un paralelismo hacia el dios Odín, con el nombre de Hold Nickar, que la iglesia por supuesto satanizó, pero en esta imagen de origen escandinavo se le muestra llevando regalos y no va montando precisamente un ciervo:
En el siglo XIII comenzó la cruzada contra las "sectas heréticas" y sus "hechicerías", a pesar de llevar varios siglos oficialmente prohibidas. Para el siglo XV ya tenía la fuerza para erradicar a los "adoradores del demonio", y son conocidos los juicios contra Juana de Arco, Gilles de Rais o las brujas de Brescia, hasta que el papa Inocencio VIII publicó su Bula contra las "brujas" por el tiempo en el que se publicó el temible "Malleus Malleficarum".
Pero en la antigüedad, el uso de cuernos representaba "estatus", por el vínculo con las deidades. Cuando Alejandro Magno se declaró dios supremo llevó cuernos como símbolo divino, y su nombre en el Corán es "Dhu'l Karnain", que significa "el que tiene dos cuernos" (revisar el libro de M. A. Murray para una gran cantidad de ejemplos).
El punto aquí es la conversión de deidades en demonios únicamente porque eran de un culto ajeno al de una institución religiosa que ha demostrado ser falsa, autoritaria, corrupta, intransigente y sanguinaria (¿acaso necesito ejemplos?). Pero hay otros casos que ayudaron a crear las historias de horror que llegaron hasta nuestros días.
Desde hace mucho tiempo han existido organizaciones secretas y herméticas, y aquellas que estuvieron activas en la edad media seguramente eran contrarias a la iglesia, porque conservaban cultos antiguos, porque cultivaban todo el conocimiento que la iglesia quería negarle a la gente, porque se dedicaban al estudio y prácticas esotéricas, o porque practicaban cualquier otro tipo de ritos que pudieran ser censurados. Si eran cultos de "luz" o de "tinieblas", eso era otro asunto. Era común que escondieran sus objetivos, sus conceptos y sus reuniones detrás de formas que resultaran tenebrosas para la gente común, pues el miedo era un primer filtro para los candidatos, además de mantener lejos a los curiosos.
Contaré una situación que era común en cierto tipo de órdenes iniciáticas, o al menos una posible variante.
El candidato llegaba al punto de encuentro (los bosques eran comunes) y era vendado para que sólo escuchara, además de inducir un estado de shock. Después de conducirlo para que perdiera la orientación mientras escuchaba lo que los miembros del grupo le preparaban (situaciones peligrosas, aquelarres, orgías, etc.), llegaba a donde le hacían pruebas físicas o lo interrogaban. Si el candidato era aceptado, se le quitaba la venda frente a una imagen (pintura o escultura) que le parecería temible o al menos grotesca, y se le pedía el tradicional ósculo al trasero de la bestia (según se decía de los cultos al demonio). Si el candidato aceptaba, lo llevaban a la parte trasera en donde se encontraba con una imagen de la diosa Isis (por aquello de correr su velo y recibir el conocimiento) y se le daba la bienvenida al grupo, pero si se negaba le volvían a vendar los ojos y se lo llevaban de ahí. Imaginen las historias que contarían los rechazados con todo lo que escucharon y con la única imagen que vieron.
Esa imagen, como muchas otras, es simbólica, y lo grotesco sólo ayudaba a proteger su significado, como ya se ha comentado. Una de las más comunes era Baphomet, y como pueden apreciar, aun en estos tiempos hay gente que se asustará con él y no faltará quien lo considere "satánico" y lo use por supuesta convicción con esas ideas (que por lo general desconoce en esencia y por lo tanto es tan sólo una pose).
El simbolismo de Baphomet es el siguiente: un ser humano con senos de mujer pues ella representa la fertilidad, y esta a su vez el milagro de la vida; sentada sobre un cubo, lo que representa su dominio sobre la materia; las manos con la señal de la tríada esotérica (la misma con la que pintaban a Jesús el Cristo) haciendo referencia al principio hermético que dice "como es arriba es abajo", y las lunas blanca y negra indicando el equilibrio de los opuestos (como el yin y el yang); la cabeza de animal astado es lo que más preocupa a los profanos, pero como ya hemos visto, es un símbolo antiguo de divinidad, a la que se accede a través del kundalini que representa el caduceo en el torso (no está en la cabeza así que no es Mercurio y por lo tanto no es la razón), y para que no quede duda sobre la cualidad "positiva", tiene un pentagrama en la frente, con la punta hacia arriba, es el signo del microcosmos que representa al hombre (al ser humano) y la antorcha por encima de la cabeza es la iluminación a la que aspiramos para alcanzar el estado "crístico"... ¿en dónde está lo diabólico, demoníaco o satánico?
La respuesta nos la da en sus conceptos Louise Alfonse Constant, mejor conocido como Eliphas Levi, quien decía que todo verbo crea lo que afirma, y aquel que afirma al diablo, crea o hace al diablo. La respuesta es simple: la iglesia Católica creó al "diablo", del cual hablaremos en la última parte.
Por último, tenemos a todas aquellas víctimas de la Inquisición que bajo tortura, o intoxicados con alguna sustancia, juraban que habían visto, hablado, pactado o adorado al diablo, como aquellas mujeres acusadas de brujería pero que eran campesinas ignorantes cuyo pecado fue drogarse mientras se masturbaban con un palo de escoba impregnado con algún agente psicotrópico y juraban que era el mismísimo falo de Satán.
Por supuesto no todas las mujeres condenadas eran adictas, había curanderas, herbolarias, o bastaba con que no fueran sumisas (la misoginia también es fruto del catolicismo, Pedro y Pablo lo eran, uno por ignorancia y el otro por fanatismo). Pero en general cualquier persona era perseguida por ir en contra de la fe oficial o por practicar cultos antiguos.
III. LUCEROS DEL AMANECER
Una historia que me parece interesante y controversial es aquella, o mejor dicho, aquellas que tratan de ángeles rebeldes, de ángeles caídos.
En el mundo cristiano se escucha sobre un ángel vanidoso que se creía de mayor belleza que su dios y fue expulsado del cielo por soberbio, y por otra parte se habla de una serpiente que provoca la expulsión del paraíso de los seres humanos (Adán y Eva) por comer cierto "fruto prohibido". Quizá estén de acuerdo en que resulta absurdo pensar que todo fue por una manzana, y aún si el énfasis está en el acto de la desobediencia es una exageración.
Al respecto hay muchas historias en la literatura y mitología de pueblos antiguos, o en teorías y tratados de más recientes sociedades esotéricas, gnósticas, espirituales, etc., y algunas tienen coincidencias notables, pero en general podemos resumir la trama de la siguiente manera:
Las criaturas viven en un estado "ideal" de acuerdo con la voluntad del creador, quien quiere evitar su emancipación por temor a que sufran las consecuencias de sus actos independientes, hasta que otra entidad al servicio del creador toma el riesgo y le da a las criaturas la clave de su libertad. Las consecuencias de esto son: la salida de ese estado ideal para llevar una vida que dependa de su propia capacidad y esfuerzo, además del castigo al rebelde, sea dios, semidios, ángel, titán o lo que fuere.
En lenguaje simbólico suele tratarse, más que de una manzana, de fuego o luz, para poder "ver" lo que antes no veían. La luz suele asociarse con el conocimiento, y la "vista" con la consciencia, la razón, la voluntad o el libre albedrío. En resumen, hacer uso de su individualidad para valerse por sí mismos y buscar su realización.
Lo que me resulta inquietante aquí es, por una parte, el hecho de que el creador se moleste por haber perdido en sus criaturas el estado de mascotas o títeres. Es comprensible que los padres no confíen en el juicio y madurez de sus hijos, y no importa las edades que tengan unos y otros siempre será así, pero ¿es que acaso hasta en los seres divinos que deben estar más allá del bien y del mal se sufren este tipo de pasiones que suponíamos sólo para nosotros, los prisioneros de la carne?
Por otra parte, aquel (o aquellos) que tuvieron que ver con ese "despertar" ¿son demonios sólo por desobedecer al creador? ¿fue una fortuna o una desgracia haber recibido ese favor?
Con respecto a la primera pregunta es difícil asumir una posición; creo que depende de cada historia, ya que hay que ver si actuaron por compasión o por conveniencia para obtener algún provecho, y aun así hay que ver si eso produjo una simbiosis o una nueva "esclavitud". Y con respecto a la segunda pregunta, supongo que muchas personas preferirían vivir en la felicidad de la ignorancia y la dependencia, ya que así viven actualmente, pero en este mundo que está más cerca del "infierno" que del jardín del Edén.
De manera que resulta arriesgado condenar a los rebeldes sin conocer sus historias, pero lo cierto es que todos han aceptado a priori la condición demoníaca de los ángeles caídos, al menos de los que nos heredó el cristianismo, mientras que a los demás prefieren verlos como personajes mitológicos de otras culturas sin relación con aquellos. Hagamos una comparación entre dos de ellos.
Lucifer o Lucífugo, a veces llamado el lucero de la mañana o el hijo del amanecer, que astronómicamente se refería a Venus, el cual por cierto nos cautiva con su "belleza" aunque por dentro es el mismísimo infierno (atmósfera de CO2 con presión de 92 atmósferas, temperaturas arriba de los 400º C y lluvias de ácido sulfúrico). ¿El que da la luz o el soberbio? Condenado a vivir en el infierno y ser el señor de ángeles negros, responsable de todos los males que azotan la tierra.
Prometeo, el que entregó el fuego a los hombres y se le encadenó en una montaña en donde un gran buitre desgarra sus entrañas, pero al menos él fue considerado el protector de la civilización humana (en Atenas tenía un altar en la academia de Platón), aunque sobre esta cayeran después los males de la caja de Pandora (equivalente a la caída del paraíso).
Es interesante ver el concepto que se tenía de Prometeo (es un héroe y no es responsable de la miseria que cayó después sobre la humanidad), y el que se tiene de Lucifer (justo lo opuesto), sobre todo si recordamos que para los cristianos de la actualidad sólo existe "el diablo", en el que se fundieron dos entidades completamente diferentes: Lucifer, el portador de la luz, y Satán o Satanás (Shaytan), el adversario, la encarnación suprema del mal en las religiones Abrahámicas (judaísmo, cristianismo e Islam).
¿No les parece que resulta muy conveniente para la iglesia esconder el simbolismo de Lucifer detrás de un velo "diabólico" y "satánico"?
¿Acaso no intenta mantener a los fieles "dormidos", con una vida regida por los dogmas de fe que les proporciona en su catecismo, de la misma manera en que vivían Adán y Eva antes de "abrir los ojos?
Recuerdo un chiste sobre una persona que vendía perritos afuera de una iglesia y el párroco no hizo nada a pesar de las quejas de algunos fieles, ya que "aquel pobre hombre sólo buscaba ganarse la vida"; sin embargo, una semana después el mismo párroco salió muy preocupado para analizar la situación, pues ahora el hombre vendía "perritos masones", y al preguntarle por qué decía eso, este contestó "sí padre, es que ya abrieron los ojos".
Durante siglos ha habido órdenes que han librado una batalla de "luz contra obscuridad" en contra de la iglesia Católica, y la bandera de esta última es el obscurantismo, el dogma de fe. Templarios, Rosacruces, Masones, Teosofistas, por nombrar sólo algunas de las más conocidas, han sido perseguidas y vituperadas (independientemente de los errores que efectivamente hayan cometido en el uso o abuso de su influencia en la sociedad), ya que representan un peligro para los intereses de la iglesia, y es que su postura en esa batalla es, precisamente, luciferina, pues buscan la iluminación del ser humano.
Actualmente la iglesia maneja una imagen de "paz" mientras delega esa batalla (ahora oculta) en algunas de sus "falanges" como el Opus Dei o los Caballeros de Colón; estos últimos, en su juramento de ordenación, se comprometen incluso a matar a cuanto masón (o familiar de ellos) se cruce en su camino (mismo modus operandi con nuevos nombres en tiempos recientes).
Ahora, regresando al otro personaje siniestro, Satán, la supuesta encarnación suprema del mal, también tengo una teoría.
En su forma más básica, las religiones politeístas pueden tener al menos dos deidades, ya sea para diferenciar los principios masculinos de los femeninos, o bien para separar “el bien del mal”, y en ese sentido, a algún personaje le correspondería hacer el “trabajo sucio”. Pero ¿qué sucede si es sólo eso, la parte difícil, incómoda y dolorosa de nuestra evolución, y no la diseminación de los males sobre la faz de la tierra?
En la Astrología hay dos “personajes” que son llamados el benéfico mayor (Júpiter) y el maléfico mayor (Saturno), y sus atributos corresponderían a esa dualidad de deidades en la que Saturno es el maestro del karma, el que aplica las restricciones, los retos, los obstáculos, en pocas palabras la “mano dura”, para realizar las tareas y aprender las lecciones que nos corresponden en esta vida. Sin embargo, la recompensa que otorga Saturno, quien también representa madurez, responsabilidad, estabilidad y trabajo, después de superar sus “pruebas de iniciación”, es la sabiduría. Es el maestro estricto que odiamos al principio pero que avanzada la vida reconocemos como mentor y ejemplo de vida. Por otra parte, el Saturno que devora a sus hijos, es también una metáfora, si tenemos en cuenta que era llamado “padre del tiempo” (Cronos para los griegos).
Ahora, si en lugar de pronunciar en español los nombres de Saturno y Satán, lo hacemos en inglés, “Saturn” y “Satan”, encontraremos similitudes interesantes, incluso la raíz “sat” parece llamar la atención. ¿No será que también por ahí existe una conveniente deformación de conceptos? ¿No es más fácil encontrar un factor externo sobre el cual descargar culpabilidad por la maldad en el mundo que asumir nuestra responsabilidad por el mal uso de nuestro libre albedrío en el manejo de la parte más primitiva de nuestra naturaleza? Después de todo, en la teología islámica, Shaytan y sus secuaces únicamente “susurran” a los humanos para que “cometan pecados”, mas no dice que los obliguen a ello (y habría que hacer un estudio sobre el origen de lo que ellos llaman “pecado”). ¿Y si el susurro es parte de la metáfora porque realmente proviene de nuestro interior? ¿Podemos seguir usando a la ligera los conceptos heredados, o sembrados, por los grupos de poder?...
Para terminar, diré que espero haber sembrado la semilla de la duda o la necesidad de investigar más para revalorar y replantear las creencias espirituales y sus objetivos. Me parece evidente que ahí en donde parecían tinieblas hay luz, y en donde se decía que eran la luz hay abismos de tinieblas, y por eso llamé a este ensayo “el lado obscuro de la luz”.
Cada quien es responsable de las ideas que acepta y defiende, y en este contexto termino citando una frase de Joseph Campbell:
“In choosing your god, you choose your way of looking at the universe. There are plenty of Gods. Choose yours. The god you worship is the god you deserve”.
(Al elegir tu dios eliges tu manera de ver el universo. Hay muchos dioses, elige el tuyo. El dios que adoras es el dios que mereces).