Una pareja del alma es aquella con la que nos relacionamos, conscientemente, a nivel espiritual; no es solo una cuestión física y social, en la que hormonas y costumbres establecen las condiciones. Sin embargo, esa unión se debe ganar por evolución, por trabajo constante del desarrollo de la conciencia.
Una pareja del alma, es una dualidad en la que los opuestos aprenden a ser complementarios, y se funden en una unidad que ya no tiene oposición alguna, por lo que es incorruptible. Esto no quiere decir que sean relaciones perfectas, sin problemas, pero la armonía que se genera desde el plano espiritual se refleja y favorece las cosas en este plano.
El encuentro de estas parejas se produce cuando ambas personas han alcanzado cierto nivel de madurez espiritual, y son capaces de vivir en equilibrio aún en la soledad. Este encuentro suele estar lleno de situaciones "extrañas" a los ojos mundanos, pero no son sino "señales" para que se den cuenta de que no se trata de una relación común, sino de algo predestinado. Es común que esas señales sean entendidas por uno de ellos como manifestaciones del plano espiritual, y sin embargo, el otro podría no ser consciente de ello... podría no estar listo, y quien sí lo está, debe ser paciente, prudente, inteligente.
Esto podría parecer una contradicción, pues si son individuos con cierto desarrollo espiritual, deberían estar listos para este encuentro, y así sucede a veces, pero, por una parte, debemos recordar que en este plano nuestra mente tiene el control, no nuestros vehículos superiores, y puede que no seamos conscientes de la totalidad de nuestro ser. Por otra parte, a veces hay una razón para esta situación. El momento del encuentro, aunque generalmente inesperado, siempre es en el momento adecuado, aunque para algunos carezca de sentido.
Algunas personas son "almas guerreras", y tienen que luchar y superar grandes obstáculos, pruebas muy duras que los retarán al límite de su capacidad, toda su vida. A veces el encuentro se dá cuando uno o ambos están viviendo la etapa más angustiante de su soledad, o cuando una situación muy complicada les impide usar su capacidad para relacionarse productivamente. En su caso, los opuestos se confrontan desde el caos, iniciando así un proceso de transformación que culminará con esas "bodas alquímicas".
Sin embargo, y a pesar de todo esto, tenemos el derecho de ejercer nuestro libre albedrío, y basta con que uno de los dos no desee consolidar este encuentro para que las cosas, simplemente, no se den. Superar una relación que fué muy significativa en nuestra vida es algo muy difícil, pero superar una relación de este tipo, lo es aún más. Y sin embargo, la vida continúa...
Una pareja del alma, es una dualidad en la que los opuestos aprenden a ser complementarios, y se funden en una unidad que ya no tiene oposición alguna, por lo que es incorruptible. Esto no quiere decir que sean relaciones perfectas, sin problemas, pero la armonía que se genera desde el plano espiritual se refleja y favorece las cosas en este plano.
El encuentro de estas parejas se produce cuando ambas personas han alcanzado cierto nivel de madurez espiritual, y son capaces de vivir en equilibrio aún en la soledad. Este encuentro suele estar lleno de situaciones "extrañas" a los ojos mundanos, pero no son sino "señales" para que se den cuenta de que no se trata de una relación común, sino de algo predestinado. Es común que esas señales sean entendidas por uno de ellos como manifestaciones del plano espiritual, y sin embargo, el otro podría no ser consciente de ello... podría no estar listo, y quien sí lo está, debe ser paciente, prudente, inteligente.
Esto podría parecer una contradicción, pues si son individuos con cierto desarrollo espiritual, deberían estar listos para este encuentro, y así sucede a veces, pero, por una parte, debemos recordar que en este plano nuestra mente tiene el control, no nuestros vehículos superiores, y puede que no seamos conscientes de la totalidad de nuestro ser. Por otra parte, a veces hay una razón para esta situación. El momento del encuentro, aunque generalmente inesperado, siempre es en el momento adecuado, aunque para algunos carezca de sentido.
Algunas personas son "almas guerreras", y tienen que luchar y superar grandes obstáculos, pruebas muy duras que los retarán al límite de su capacidad, toda su vida. A veces el encuentro se dá cuando uno o ambos están viviendo la etapa más angustiante de su soledad, o cuando una situación muy complicada les impide usar su capacidad para relacionarse productivamente. En su caso, los opuestos se confrontan desde el caos, iniciando así un proceso de transformación que culminará con esas "bodas alquímicas".
Sin embargo, y a pesar de todo esto, tenemos el derecho de ejercer nuestro libre albedrío, y basta con que uno de los dos no desee consolidar este encuentro para que las cosas, simplemente, no se den. Superar una relación que fué muy significativa en nuestra vida es algo muy difícil, pero superar una relación de este tipo, lo es aún más. Y sin embargo, la vida continúa...
"...yestanye kuile epkwalme sa kuile epmelme..."