De acuerdo con el principio socrático de
que “nadie yerra voluntariamente”, todas las personas creen que están eligiendo lo mejor en cada decisión que toman, aún
cuando externamente parezca lo opuesto a la vista de los demás. Eso se conoce
como autoengaño.
No pretendo usar esto como justificación
para lo que voy a comentar, sino como una explicación que pueda hacerme
entender lo que observo diariamente. Hay gente que dice que las redes sociales
no son serias, o no son para algo serio. Y en verdad se lo creen.
Dicen que no importa cómo se escriba porque
no es en serio, pero cuando te entregan un ensayo o un reporte, realmente es
preferible leer su muro. Así de patético. Han perdido la capacidad para
escribir correctamente porque han jugado demasiado tiempo el juego de la falta
de seriedad, si no es que las deficiencias vienen desde su formación académica inicial.
Dicen que nada de lo que publican es serio
ni tiene relación con su vida, y hasta se molestan cuando alguien se lo toma en
serio. Sin embargo, la mayoría de la gente reacciona o comenta las
publicaciones porque se identifica, de alguna manera, con aquello que vio o
leyó. En Psicología se manejan conceptos como proyección y transferencia,
y no creo que alguien sea inmune cuando publica mientras se proyecta cuando
comenta, ¿es ilógico, cierto? Es autoengaño.
Hay quienes dicen que “no publican su vida,
sino que la viven”, pero se la pasan publicando simplezas (acepten por favor el eufemismo) a cada rato, durante
todo el día... ¿a qué hora hacen algo serio con su vida? Y no es que esté mal
el humor, sea ligero, negro, sarcástico, de doble sentido, etc, sino que nunca
publican algo serio. Y sin embargo se dice que, de broma en broma, la verdad se
asoma...
De acuerdo con el concepto de la
proyección, un individuo atribuye las propias virtudes y defectos a otras
personas, imágenes, citas, etc, ya sea de manera positiva o negativa,
dependiendo de la introyección que
haga de sí mismo, y entonces los expresa como una forma de reclamo o de
afirmación.
Dado que mi experiencia en redes sociales
se concentra en Facebook, puedo decir que ahí veo esto todo el tiempo, y cosas
peores, como compartir información parcial o completamente falsa, sin verificarla
primero; como sumarse a modas retrógradas que van más allá del simple humor
(como dicen, una vez es chiste, las demás...); como dejar que otras personas
expresen su pensar y su sentir, ya que ni siquiera son capaces de crear sus
propios “memes”; y un largo etcétera.
Por lo tanto, podemos decir que nuestros
muros son un reflejo de nuestras mentes, de lo que nos gusta o nos desagrada,
de lo que nos apasiona o nos atormenta, consciente o inconscientemente. Somos
simples, absurdos, interesantes, narcisistas, incongruentes, altruistas, etc, y
esa será la primera impresión que daremos en nuestras redes sociales, a reserva
de que alguien, con una preparación adecuada, busque qué es lo que hay detrás
de esas publicaciones.
En fin, deformando una cita bíblica, a
propósito de las fechas que vivimos, podemos afirmar que por sus muros los conoceréis...
Hasta la próxima.