Después de estudiar la evolución de las teorías en la Física y en la Química, acuñé el término personal "dogmas de razón", ya que en su momento, la defensa de las viejas teorías por parte de los científicos de la vieja guardia tenía características similares a las de cualquier movimiento con cierto grado de fanatismo.
Alguna vez escribí que realmente nadie ha visto ni a dios ni a los quarks, y si bien es cierto que los "dogmas de razón" no son inamovibles como los dogmas de fé de la religión, podemos revisar cómo esos conceptos que ahora consideramos equivocados se tomaron por "verdades" en su tiempo y se defendieron como tales.
La historia tiene registrado cómo se resistió la comunidad científica ante las innovaciones de los "rebeldes", como Nikola Tesla en el electromagnetismo, Neils Bohr en la física cuántica, Alfred Werner en la química inorgánica, etc.
Pero a diferencia de los "dogmas de fé", en la Ciencia las creencias se modifican, o bien por certezas (y en su caso se convierten en leyes), o bien por evidencia experimental que debe ser explicada por nuevas teorías más adecuadas (pero no son certezas, y por lo tanto forman parte del sistema de creencias de la Ciencia).
Este conflicto entre la tradición y la innovación seguirá ocurriendo porque es un proceso en espiral, y para evolucionar se debe dejar atrás la zona de confort en la que se encuentra una teoría aceptada.
Lo que debe pensar siempre la tradición, con respecto a las nuevas propuestas, es que ha perdido su capacidad para analizarlas y juzgarlas. El tiempo dará la razón o desacreditará de acuerdo con ese proceso evolutivo.